martes, 26 de enero de 2016

LADISLAO F. MEZA: EL MISTERIO EN LA NARRATIVA HUARACINA

Por: Rodolfo Sánchez Coello.

1. PRECURSORES DE LA TENDENCIA HACIA LO FANTÁSTICO EN HUARAZ:

Connotados escritores huaracinos se aproximaron a los linderos de la transgresión  realista para incursionar en el género fantástico. Entre ellos debemos destacar a Aurelio Arnao Loli (Huaraz 1868 – Lima 1940), que fue un hábil creador de escenarios de terror. En su obra “Cuentos Peruanos” (1939) el prologuista Aurelio Miró Quesada refiere que “Arnao se distinguía por su habilidad de narrador, su equilibrio, su don de mover personajes muy reales y que él sabía componer con elementos en apariencia sencillos con un estilo natural, un vocabulario siempre limpio y un adjetivo siempre justo”. Su influencia en la dinámica literaria del país se comprende mejor por su amistad con Enrique López Albújar, con quien escribió el libro “Miniaturas”, un poemario dedicado a damas limeñas acompañados de sus respectivas fotografías. En “Cronicones novelados” (1940) propuso una mezcla de historia y cuento.   

También Teófilo Méndez Ramos (Huaraz 1894 – 1954), es otro referente de la narrativa fantástica. Bajo la influencia de Clemente Palma, Edgar Allan Poe y Octavio Araya Soto, escribió  los cuentos “Resurrexit” y "El Diamante Azul", relatos del libro “Almas enfermas” (1853¿?). En la Revista Amauta (número 25, 1929) el escritor Juan Eugenio Garro lo califica de hombre fraterno y de elevados ideales. Desde la revista ancashina Vesperal difundió sus poesías y relatos.

Un escritor dedicado también a esta vertiente fue el dramaturgo Ladislao Meza.

2. LADISLAO FELIPE MEZA LANDAVERI:

Ladislao Meza (Huaraz 1892 – 1925)  Entre sus novelas más importantes tenemos: “Las increíbles aventuras de un intruso en el país de las brujas limeñas” (publicado en la Revista Mundial en 1922) y “María Soledad” (1924). En su obra teatral resalta: “La ciudad misteriosa” (1915), “El  demonio llega” y “El tablado de los miserables” (ambas de 1916), que fueron puestas en escena con resonante éxito. En cuentística escribió: “Secretos de una cabellera rubia”, “Los héroes” e “Interesantes declaraciones del Emperador de la Tinieblas, Iblis, el terrorífico”, un relato prototípico de Meza que combina magistralmente lo fantástico con el apasionado amor por el saber.     

De gran cultura literaria y peculiar imaginación, es la obra de Ladislao Meza. Amigo de José Carlos Mariátegui por su filiación indigenista y del periodista César Falcón Gárfias, supo distribuir sus ideas entre el teatro realista, la narrativa social y la de corte fantástico de misterio. Según Justo Fernández Cuenca, Luis Alberto Sánchez dijo de Ladislao Meza que era un hombre de sólida cultura que escribía de todo y con especial destreza.[1]

2.1. LUCIFER NO ESTÁ ALLÁ, SINO ADENTRO:

Mariátegui y Meza, 1924
El cuento titulado “Interesantes declaraciones del Emperador de la Tinieblas, Iblis, el terrorífico” aborda de manera palmaria el tema de lo fantástico y lo misterioso, desde la idea de la invocación demoníaca, pero con caracteres propios del autor, en una nueva aproximación a este tópico literario. Una primera impresión, ya desde el título, alude al exotismo propio del modernismo, puesto que Iblis es el nombre de un ser maligno, originario de la tradición islámica.
En el relato se establece un diálogo entre Iblis, heraldo de Lucifer, con un narrador quien lejos de intimidarse por la demoniaca presencia, le impreca sobre el decaimiento del actuar de Satanás en el mundo. “En estos tiempos que van corriendo, ha disminuido mucho el prestigio de las legiones luciferinas. ¡Ni una solemne aparición! Ni un auto de fe que antes hacían temblar ante el solo nombre de Satanás…”.   
A partir de este punto la narración se convierte en una férrea defensa de las acciones de Lucifer, que aunque despreciables y  perversas se hallan lamentablemente escondidas en las actitudes humanas más comunes.
Satanás, de acuerdo con Iblis, está en la debilidad del hombre ante el placer, que lo impulsa hacia la belleza de las sensaciones.
A ello, se le suma la particular ansia por el poder y la perfección, que es un ímpetu que a la larga destroza la vida, puesto que es inconcebible alcanzarlas plenamente. “Somos los amigos del hombre [Lucifer y su cohorte], los que les llevamos por el verdadero camino de rosas, por el sendero del amor, de poesía, de triunfo, de belleza, que ambicionáis tontamente”.
También habla del connatural instinto por venerar la guerra y la violencia, así como la inteligencia y el talento, cuando el héroe y el genio no son más que figuras con los rasgos innatos de la maldad. “¡Ah, menguados humanos, al hacer la apoteosis de esos grandes carniceros que han sido los guerreros, de esos locos que han escrito grandes novelas de amor, de pecado, según los tonsurados, no hacéis más que loarnos, más que celebrar nuestro poder mágico”.
De esta perspectiva, surge la inquietante duda que se aproxima al límite de nuestros miedos, y que se transparenta con impronta de herejía a través del cuento meziano: El diablo, la personificación imaginativa de la maldad, en verdad, es una fluencia de la personalidad humana, que pervive en cada resquicio interior, como si fuera un depósito de desequilibrantes mareas de miasma espiritual. Por tanto, el relato mantiene un tono pesimista, deprimente, tal como lo expresa al final el narrador. “Y el buen Iblis partió como llegó, dejándome sumido en meditaciones que ahora  muerden mi carne (…)”.    
En medio de tales ideas, se expresa un descontento ante la religión y algunas concepciones bíblicas que son asimiladas acríticamente por los humanos, y que han de entenderse bajo la luz de la ciencia. Bajo esta óptica, las ideas sobre el ser humano como única y máxima  expresión de Dios, la creación divina o la religiosidad ante las imágenes, son sometidas a duda, desde la voz infernal de Iblis.

2.2. EL CUENTO, VEHÍCULO DE PUNTOS DE VISTA:

En el cuento de Meza, Baudelaire
es retratado como modelo del escritor,
aunque en la vida real haya remecido
el canon literario de su tiempo.
El cuento, es obviamente un acto de la imaginación, pero también ha sido aprovechado desde tiempos inmemoriales como medio para difundir ideas y concepciones de la realidad. El cuento fantástico por contrastar con lo real, hace que emerja con más claridad las posturas del relato y del autor. Meza cumple notoriamente con esta finalidad.    
Estamos, en definitiva, ante un texto erudito, reflejo de un hombre dotado de capacidades en diversas áreas del conocimiento como la ciencia, la teología, el arte de filosofar y la literatura, esta última que se expresa con la mención de escritores dentro de la trama del relato, con la propuesta – consciente o inconsciente – de exponer aspectos de crítica literaria. Primero menciona a Leónidas Andreiev, escritor ruso muy conocido en la época, experto en profundizar en actitudes retorcidas y personajes con problemas mentales. También se habla de Dante Alighieri, creador de una de las máximas obras apologéticas de la religión cristiana; y finalmente, el célebre Baudelaire, francés del siglo XIX que revoluciona la poesía por su temática ligada a lo satánico y a la podredumbre humana. 
Los tres literatos describieron desde sus propias perspectivas la relación de la maldad, de lo satánico, en contraste con lo sugerido por la religión y las acciones consideradas positivas y morales. En esta parte del relato subyace una teorización literaria.
En el nivel ficcional, el personaje diabólico Iblis, que representa el canon, se burla de Andreiev, quien manipulado por Lucifer crea un diario de Satanás que no logra expresar la verdadera dimensión de la maldad, con un resultado risible y superficial. Así, parece simbolizar al escritor indisciplinado, que escribe sin rigor, a pesar de su impetuosidad y motivación. Luego, Iblis critica entre líneas a “La Divina Comedia”, asignándole la valía de ser una obra genial, pero contaminada en demasía por alguna ideología, y por lo tanto, susceptible de ser defenestrada desde determinados parámetros, con argumentos contrarios a la ideología. Es una alegoría del escritor profesional, poderoso de ingenio, pero cuya imaginería escapa de lo aceptado por el canon, y por tanto considerado insustancial.
Al final, se cita versos del poema baudeleriano “Letanías de Satán”, y el elogio de Iblis es consecuencia lógica, puesto que coincide con sus ideas, con sus criterios, es decir, con el canon. Según esta apreciación, el francés es el prototipo del buen escritor, que escribe reflexivamente, y a su vez, satisface al canon.

CONCLUSIÓN:

El cuento fantástico en Huaraz se aproximó mucho a las características propias del Modernismo, como la evasión y el refinamiento verbal y formal, complementado con un estilo propio que bajo la descripción de ambientes sobrenaturales y urbanos, proyecta escenas de la vida, aquella realidad compleja donde entra en juego la razón en lucha constante con los eventos de la emotividad humana. Así, se encontró una senda para metaforizar o cuestionar la misma realidad.
En Huaraz, esta última década se ha visto enriquecida por la veta de lo fantástico y el cuento de misterio, gracias a una naciente generación de jóvenes escritores huaracinos como Elías Nieto, Luis Apolín y Rodrigo Barraza.
   
Huaraz, en una tarde que las matemáticas intentan imponerse
a la reflexión literaria, enero de 20156.

[1] FERNÁNDEZ CUENCA, Justo. Antología de cuentistas ancashinos. Fondo Editorial de Huaraz . 2014.



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